¡Volvemos a estar en línea en duendeo.com!

¡Hola a todos! Supongo que os sorprenderá ver una entrada después de tanto. Esta vez, espero sacar algo de tiempo para dedicar a informaros de temas interesantes… Es que no os podéis imaginar lo que es vivir en una cueva de duendes fabricantes de cuentos personalizados. Aquí no solo estamos los duendes. Convivimos con toda la materia prima, es decir, miles y miles de personajes de cuentos, ¡y seguimos sumando!

Entrada a la cueva de cuentos
Aunque por la entrada parece pequeña, la cueva por dentro se amplía hasta límites insospechados.

Aclarado esto, podéis haceros una ligera idea de lo que es intentar tener un poco de orden aquí, y el viejo duende sabio lo quiere todo perfecto. ¡Y claro! Con las princesas no hay problema, pero cualquiera les dice a los piratas que se tienen que hacer las camas. Algunos no respetan horarios: los cuarenta ladrones, por ejemplo, salen y entran cuando les viene en gana por lo que siempre hay cosas que hacer… Aunque al menos sus camas las hacemos en seco. Nada que ver con ponerse el traje de buzo para hacer la cama de Tritón, el papá de Ariel, que con sus aires de rey también se niega a realizar sus quehaceres domésticos.

Y eso solo en cuanto a camas. Pensad en todo lo que hay que hacer con los personajes de cuentos: preparar comidas con la diferencia de gustos de los distintos personajes. Con Peter Pan y los niños perdidos es fácil, porque imaginan y listo, pero con el resto no queda más remedio que cocinar. Y algunos son muy sibaritas y poco agradecidos. Aunque al rey Midas, da igual que la comida esté buena o mala. Al final se le acaba convirtiendo en oro y ni la prueba.

Menudo lío con los personajes de cuentos

Y al terminar de comer hay que limpiar los platos y los vasos, los utensilios de cocina, etc. Y ya puestos aprovechar a fregar los enormes calderos de las brujas. Porque a ver quién es el guapo que les dice que el que lo ensucia lo limpia. También hay que sacar el polvo a los libros de magia, tener listas las varitas, preparar la ropa para el día siguiente y un largo etcétera.

Y todo esto intentando que los personajes no monten mucha bronca, que no es tarea fácil. Por mucho que lo explique no sé si entendéis el cuento… Podéis haceros una idea del trabajo que tiene mantener a tanto glotón alejado de la casita de chocolate, por ejemplo… Ya hemos tenido que reconstruirla cuatro veces.

Personajes de la cueva de cuentos
Solucionar problemas entre tan distintos personajes de cuento no es siempre sencillo.

Por fin sacamos tiempo entre tanto cuento

Llegados a este punto, os preguntaréis, ¿y cómo te las has apañado para conseguir algo de tiempo? Bueno, he tenido que recurrir a trucos sucios. He hablado con la madrastra de Cenicienta y me la ha cedido estos días para ayudarme a cambio de presentarle un par de mozos para sus hijas… Ella quiere príncipes, pero ya le he dicho que están muy cotizados. En los clásicos, hay como mucho un príncipe por cuento. Otra cosa son los libros estos modernos que sacan ahora, que ponen príncipes y reyes a porrillo a jugarse un trono, y claro, así lían unas carnicerías… Además las hijas no es que sobresalgan mucho en nada, pero bueno, seguro que algo conseguiremos…

Ya sé que suena cruel emplear a la pobre Cenicienta, que bastante ha aguantado ya, pero hacer camas siempre es mejor que estar metida en chimeneas sacando las cenizas. Además he oído que en unos meses el Príncipe de su reino dará un baile. Ya he hablado con un hada amiga mía a la que le gusta mucho el puré de calabaza… Así que lo dicho, a partir de ahora espero sacar tiempo para escribiros a diario y para seguir creando cuentos personalizados, que es lo que se supone que iba a hacer yo en esta cueva-taller de cuentos.

Os dejamos hasta a próxima. Ponemos un poco de orden entre nuestros personajes de cuentos y volvemos.