Reggio Emilia, otro método alternativo de enseñanza

Reggio Emilia es una pequeña ciudad en el norte de Italia que fue devastada durante la II Guerra Mundial. En esta ciudad nace una metodología muy valorada internacionalmente y que está siendo estudiada en Harvard. Este método de enseñanza lleva el nombre de la ciudad en que se origina.

Historia de la metodología Reggio Emilia

Tras la guerra, la mayoría de hombres murieron por lo que mujeres de la ciudad tuvieron que reconstruirla. Se encontraron con que debían trabajar fuera de casa y necesitaban un lugar en el que dejar a sus hijos.

El pedagogo Loris Malaguzzi estructuró el enfoque educativo a seguir. Se crearon escuelas autogestionadas gracias a las viudas que buscaban lo mejor para sus hijos.

Partiendo de que la educación es lo que hace al hombre libre sacaron dinero de donde podían para poder llevar el proyecto adelante. Incluso vendían chatarra de los tanques viejos. Combatieron para que el desastre por el que pasaban no se volviera a repetir con educación. Nos ha encantado estudiar sobre esta historia: Colegios y educación entre restos de tanques…

Con ese fin, el profesor Malaguzzi con otros profesores y la ayuda de estas madres generaron experiencias de aprendizaje alternativas. Los niños debían aprender a vivir en sociedades democráticas. Crearon escuelas en las que los alumnos, desde preescolar, fueran formados como ciudadanos democráticos.

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Elementos de la filosofía Reggio Emilia

Los siguientes componentes básicos son los que dan forma a la experiencia educativa Reggio Emilia:

  1. El niño es el protagonista: Se parte de que los niños y niñas son investigadores fuertes y capaces con riqueza de pensamiento y curiosidad innata. Tienen un interés natural en establecer relaciones y construir su propio proceso de aprendizaje.
  2. El docente es colaborador, investigador y guía: Los maestros son acompañantes de los alumnos en sus búsquedas, proyectos, descubrimientos y en el diseño de su proceso de aprendizaje. Los profesores trabajan en parejas para poder tener una mejor perspectiva de lo que sucede en la clase.
  3. El espacio es el tercer maestro: El diseño y la utilización del espacio fomenta los encuentros, las comunicaciones y las relaciones. Todos los espacios, equipamientos y materiales de la escuela cuentan con un orden y belleza implícitos en su diseño y organización. Cada zona tiene una identidad y propósito propio
  4. Las familias como aliadas: la filosofía Reggio Emilia requiere la implicación de las familias. Los padres tienen un papel importante en las experiencias de aprendizaje de los pequeños. La participación de la familia ayuda al bienestar de los niños en la escuela. De hecho se organizan actividades y salidas en las que participa toda la familia. Se fomenta que la escuela salga a la calle y se organizan exposiciones con los trabajos de los alumnos.
  5. La documentación pedagógica: La metodología Reggio Emilia documenta lo que sucede en clase para hacer visible a los niños y adultos como fabricantes de conocimiento y cultura. De este modo, además de permitir a los padres seguir las experiencias de sus hijos, los educadores pueden comprender mejor a los niños, evaluar el trabajo realizado y compartirlo con los colegas.

En el punto de mira de Harvard

La metodología tiene tanto éxito que se han adaptado sus principios para el Proyecto Cero de Harvard. Sus principios se usan en el programa “Making Learning Visible Project”.  Para poder llevar estas estrategias a colegios públicos en Estados Unidos se han adecuado a los diferentes contextos culturales.

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A diferencia de otras metodologías como Montessori, Reggio Emilia no cuenta con materiales propios, ya que lo que se pretende es ofrecer proyectos que surjan de lo cotidiano y no experiencias prefabricadas o artificiales.

Os dejo, que tengo que ir a preparar el desayuno para los niños que tenemos aquí en la cueva-taller. Y después seguir trabajando en los mejores cuentos personalizados para profesores de Educación Infantil y Primaria. Y después ir a la tutoría con el tutor de varios niños perdidos de «Nunca Jamás». Y después visitar el colegio de «Poli de Guardería», y después… ¡uffff! ¡Menudo día de cuento tengo hoy! Os regalo antes de irme un vídeo con las mejores ideas de Reggio Emilia. ¡Espero que os guste!