Cómo crear un hábito de estudio en nuestros peques sin ser profesor

Estaba aquí liado intentando ayudar a los niños perdidos a estudiar, y me ha dado por pensar en cuántos padres están en la misma situación que yo. Crear un hábito de estudio es muy importante y no siempre es fácil. Por eso a continuación os explico lo que a nosotros nos ha ayudado en nuestra cueva-taller de cuentos, donde además de escribir cuentos-regalo para profesores, hemos de cuidar de todos los personajes de cuento que tenemos por aquí.

Creando una rutina de estudio

La palabra rutina puede sonar a algo aburrido y negativo. Sin embargo, crear unas pautas que se repitan en el tiempo es de gran ayuda.

zona de estudio
Debemos dedicar una zona al estudio con todas las cosas que va a necesitar el niño. Al igual que la rutina da un orden a los horarios, debemos mantener orden en la zona de estudio.

Es importante buscar una hora fija al día para que los niños hagan los deberes y estudien. Preferiblemente debería ser a primera hora de la tarde. Si estudian antes de ir a jugar estarán menos cansados y más concentrados. Además verán el jugar como una recompensa tras hacer los deberes. De otro modo podrían ver los deberes como algo negativo antes de ir a dormir. También es bueno delimitarles el tiempo para hacer las tareas, ya que así no se alargarán de forma innecesaria.

Otra cosa a tener en cuenta, según todos los profesores, es el lugar de estudio. Tener un sitio determinado para ello ayuda a crear esa rutina tan necesaria. Si fuera posible, hay que evitar el salón, ya que está la televisión y es zona de paso, facilitando la distracción del niño. Además, a poder ser, el lugar de estudio debería estar también alejado de la cama. De este modo, el niño asociará el lugar de estudio a la función para el que se ha designado. El lugar de estudio debe de tener lo necesario para ello (lápices, colores, regla, compás…), y nada más, o intentar eliminar todo lo que le distraiga. Sobra decir que es necesario que esté todo ordenado.

Sin un lugar adecuado y desorden podemos acabar con situaciones como la del vídeo.

Motivación

Es trascendental motivar al niño desde edades tempranas. Aunque es cierto que los deberes complicados y los exámenes no llegan hasta primaria, es recomendable comenzar a motivarlos desde infantil. Si desde pequeños les habituamos a tener un lugar para pintar, jugar con juegos educativos, etc. no solo estaremos creando una rutina, sino que además favorecemos que vean que aprender es algo divertido.

Estudiando desde peques
Es importante darles un tiempo de estudio desde pequeños para que se habitúen. Obviamente, un niño pequeño deberá dedicar menos horas que uno mayor.

Intenta ayudarle con refuerzo positivo y nunca negativo, ya que los niños pequeños buscan siempre la aprobación de los padres. La mejor manera de motivarlos es que vean que estamos contentos con ellos. Cada niño tiene distintas capacidades y nunca es buena la comparación. Destierra de ti las malas palabras que solo conseguirán bloquearle.

Una de las barreras con que nos encontramos que más merma la motivación es cuando el niño no sabe para que estudia muchas de las materias. Hay que motivarlo creándole interés por las mismas. Poner ejemplos que use en la vida diaria le dará una utilidad a lo que aprende. También es una ayuda para que el niño fije lo que aprende. Además podemos ayudarle enseñándole a hacer esquemas o reglas mnemotécnicas. De este modo favoreceremos el aprendizaje de la parte teórica. Los primeros años requieren mucha paciencia, pero dedicar este tiempo a nuestros hijos será muy beneficioso para ellos en el futuro.

Esperamos haberos ayudado. Si sabéis más formas para ayudar a crear un hábito de estudio, no dudéis en compartirlas con nosotros. Pro para no ser profesores, sólo con esta ayuda y vuestro cariño, seguro que conseguís un hábito que ayude a vuestros hijos a que el tiempo de clegio, rodeados de profesores, sea útil y satisfactorio.